Hace algunos meses hablamos ya del LiFi, una tecnología que supondrí la revolución de las redes inalámbricas. Hoy queremos profundizar algo más recogiendo posibles aplicaciones y, por otra parte, pequeños obstáculos que se han de superar para que sea una solución asequible y eficaz a corto plazo.
Funcionamiento
El funcionamiento de la red es muy sencillo. Se trata de unas bombillas LED que se encienden y apagan muy rápidamente, tanto que es imperceptible para el ojo humano. De esta forma están trasmitiendo los datos en una especie de código morse que es interpretado por el dispositivo. Por tanto, el LiFi es comunicación inalámbrica a través de la luz.
Todos los expertos coinciden en que la tecnología LiFi va a cambiarlo todo. Haciendo el test de velocidad ADSL y multiplicando la velocidad que nos salga por 100, podremos darnos cuenta de lo supondrán estas velocidades tan elevadas, que podrían llegar hasta más de 1 GB. Esto quiere decir que bastarán unos segundos para poder descargar cualquier contenido o ver cualquier película o serie en streaming, por muy larga que sea. Lo que antes nos tardaba una hora u hora y media lo tendremos en un único minuto. Sin duda una diferencia notable que revolucionará por completo nuestra forma de percibir la red y el consumo dentro de la misma.
Posibles problemas
Sin embargo, esta tecnología también tiene importantes complicaciones que hacen que su puesta en marcha aún no sea definitiva. Una de las más importantes es que, al tratarse de luz, no es capaz de atravesar los objetos. Una premisa tan básica es vendida como una ventaja ya que, al contrario de lo que ocurre con la actual red Wi-Fi, los vecinos no podrían robarnos la conexión. Sin embargo, esto presenta también otro problema. Y es que cualquier objeto que se interponga y dé sombra entre la red y el dispositivo hará que perdamos la conexión. Los expertos ya están trabajando en buscar una solución a estos problemas; por ejemplo, que funcionen no solo con luz directa sino también con la reflejada en paredes u otros objetos.
Aunque se afirma que el LiFi va a ser mucho más barato que la fibra óptica o el ADSL, de momento las primeras empresas que se han dispuesto a comercializarlo prevén un precio mucho más elevado: entre 200 y 500€ para una casa de alrededor de unos 100 m2 según Pure LiFi, que ya comercializa algunos elementos básicos de esta tecnología para oficinas.
Otra de las previsiones más llamativas es que las farolas de las calles podrán dar esta conexión. Esta solución de LiFi urbano ha llamado la atención de ayuntamientos de ciudades como Edimburgo, Bristol o Wolfsburgo, por lo que es probable que un futuro tengamos una conexión de alta velocidad tanto en casa como en la calle.
En definitiva, todo esto nos ilusiona porque podría aunar soluciones para varios campos muy interesantes como la ciberseguridad, la evolución de las ciudades hacia las smartcities y, sin duda, supondría un auténtico hito de innovación en la conexión a Internet mediante redes inalámbricas.