¿Puedo resolverlos yo o debo contactar con el servicio técnico?

Es imposible negar que a día de hoy Internet es un servicio fundamental en la vida de las personas. Internet nos ha permitido sobrepasar fronteras geográficas y acceder a todo tipo de información en segundos. Por este motivo, las personas buscan de forma constante un servicio de Internet ilimitado, veloz y estable que les permita mantenerse conectadas prácticamente todo el tiempo.

Sin embargo, a pesar de contar con el mejor servicio posible de Internet, los problemas y fallos siempre van a estar presentes. Pero saber identificar su origen, en qué casos podemos solucionarlo nosotros o cuándo es indispensable ponernos en contacto con el servicio de atención al cliente, son factores que pueden marcar la diferencia entre encontrar una rápida solución o tener que esperar más tiempo del deseado, con todos los problemas que esto implica. Por ello, en este artículo analizaremos los cuatro pasos que debemos seguir para identificar la causa del problema y saber cómo actuar.

 

Velocidad lenta en Internet

Normalmente este es uno de los síntomas que se suelen identificar con mayor facilidad cuando se tiene un fallo en la conexión. Por sí solo no nos indica cuál es la causa del problema, pues estas pueden ser diversas. En primer lugar, es importante realizar una prueba de velocidad, para confirmar que estemos recibiendo la velocidad contratada. De no ser así es el proveedor del servicio quien tiene que brindarnos una solución.

Para realizar estas pruebas es necesario desconectar la mayor cantidad de equipos de la red y dejar únicamente conectado el que utilizaremos. De esta manera podremos obtener un valor más real. Sin embargo, si la velocidad recibida coincide con la contratada, posiblemente el problema sea causado por una saturación de la red. Es decir, hay muchos equipos y personas conectadas al mismo tiempo y las únicas soluciones son aumentar la velocidad contratada o reducir los dispositivos conectados.

 

Es un fallo en Internet general o puntual

En segundo lugar, una vez que hemos validado que la velocidad contratada no es la causa del problema, debemos confirmar si se trata de un problema que afecta a distintas webs, aplicaciones e incluso usuarios o si solo se presenta en un sector en específico.

Esto se debe a que, en muchas ocasiones, ciertas aplicaciones, páginas y programas pueden presentar problemas en su conectividad a Internet y que afecten a todos los usuarios. Ante este problema, poco podemos hacer y solo nos quedará esperar a que las personas encargadas den una solución.

Otro caso que se puede presentar es que nuestra compañía de Internet esté sufriendo una incidencia o esté haciendo mantenimiento a la infraestructura. Esto lo podremos identificar si otros usuarios reportan el mismo problema. Normalmente suelen hacerlo a través de redes sociales o páginas especializadas en informar del estado de estos servicios. En esta situación debemos proceder a ponernos en contacto con el servicio técnico. A pesar de que sea un problema general y ya esté reportado, muchas veces es mejor informar de que también hemos sido afectados.

 

Revisar la infraestructura interna

Si no se trata de un problema global y parece ser que solo en nuestro domicilio tenemos dificultades para conectarnos, es momento de revisar la infraestructura de nuestra red. Esto significa que tenemos que validar tanto el cableado como que los distintos dispositivos se encuentren conectados de forma adecuada y no presenten daños físicos visibles.

Dentro de esta revisión, es importante incluir también los dispositivos a través de los cuales nos conectamos —teléfonos, tablets, ordenadores, etc.—, puesto que el fallo puede encontrarse de forma específica en uno de ellos, ante lo que deberemos proceder a repararlo o remplazarlo según sea el caso.

En este punto, también es importante intentar conectar nuestros dispositivos tanto de forma inalámbrica como por cableado en las situaciones que sea posible. Esto nos servirá para descartar o confirmar un problema en el router o en la tarjeta de red del dispositivo.

Por otro lado, si encontramos un fallo físico evidente en el cableado o los equipos propios de la red —routers y módems—, la mejor alternativa será contactar a la compañía proveedora, ya que, a menos que contemos con el conocimiento y experiencia suficientes para remplazar con confianza los elementos dañados, lo mejor es no intentar hacer experimentos.

 

Pruebas avanzadas para detectar fallos en Internet

Es verdad que existe una gran cantidad de herramientas que nos permiten identificar rápidamente el problema de una red. Además, en ocasiones, basta con cambiar la configuración o actualizar para que la conexión se restablezca de forma adecuada. Sin embargo, también es verdad que la mayoría de personas no contamos con los conocimientos necesarios para realizar este tipo de acciones.

Por lo que, si a pesar de probar las medidas anteriores, el problema persiste o no conseguimos identificarlo, es momento de hablar con un técnico profesional y evitar al máximo hacer modificaciones, ya que, de un momento a otro, podemos complicar de forma significativa el problema.

No obstante, existen problemas que los proveedores de Internet no siempre pueden solucionar. Por ejemplo, viviendas que se encuentran alejadas de un punto de acceso o aquellas que tienen contratado el servicio con una empresa que cuenta con una infraestructura obsoleta. Estas pueden experimentar una navegación mucho más lenta y este problema no podrá ser solucionado con facilidad..

Por ello, la mejor alternativa será buscar un proveedor que nos pueda ofrecer un mejor servicio y que se adapte realmente a nuestras necesidades. Actualmente esto es algo fácil de conseguir, ya que la cobertura de Internet se ha expandido de forma considerable y hay una mayor competencia en el mercado.